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El 80 por ciento de los alumnos gitanos que comienzan la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) abandonan sus estudios antes de concluir esta etapa y en el caso de las niñas la mayoría dejan el colegio en el paso de primaria a secundaria, mientras que los niños lo hacen unos cursos más tarde.Según un estudio de la Fundación Secretariado Gitano, en colaboración con los Ministerios de Educación y Trabajo y Asuntos Sociales, se ha logrado la normalización educativa de la población gitana respecto al acceso a la escuela, pero no en la continuidad de los estudios por la falta de referentes en las familias.
Las alumnas gitanas se tienen que enfrentar a mayores obstáculos para entrar en secundaria, aunque las que lo consiguen permanecen más cursos que los chicos, como señala el dato de que en el último curso de la ESO el porcentaje de chicas (63,4 por ciento) casi dobla al de chicos (36,6%). Respecto a los resultados académicos, el 32 por ciento de los alumnos gitanos aprueba todas las asignaturas, frente al 58 por ciento de los payos.
Además, el 68 por ciento lleva un desfase de dos cursos, frente al 25,8 de los payos. Los motivos por los que suspenden, según los chicos, son la falta de esfuerzo y los problemas de comprensión de la materia y, según los profesores, los altos índices de absentismo y la falta de hábitos de trabajo y estudio.
La falta de referentes cercanos con formación académica entre sus familiares proporciona pocos modelos a seguir y muchas veces influye en la dificultad de convencer a las familias y a los jóvenes de sus posibilidades escolares, señala el estudio.
Esta circunstancia también influye en la realización de las tareas escolares en casa, ya que el hecho de que las familias gitanas tengan una formación escasa dificulta que puedan apoyar a sus hijos, además de no estar familiarizados con los conocimientos que se imparten.
Otro de los resultados que arroja este informe es el alto nivel de desmotivación en los niños gitanos durante su asistencia a clase, el 68,5 por ciento, frente a 47 por ciento de los payos.
Difieren también en la interpretación que hacen sobre la utilidad de estos estudios, que para los gitanos es conseguir un trabajo y "ser alguien", mientras que los payos tienen la idea de mejora y progresión. En cambio no hay casi diferencias entre los niños payos y gitanos cuando valoran que se sienten bien en su centro educativo (el 83,1 por ciento los primeros y el 81,6 los segundos).
En general las chicas muestran una mayor tendencia a querer seguir estudiando. El porcentaje de las que cursan estudios medios y superiores en el caso de las chicas gitanas es de un 65 por ciento y un 85 en las payas, frente al 44 y 71 por ciento de los chicos, gitanos y payos, respectivamente.
La mayoría de los gitanos entrevistados, el 82 por ciento, dice que habla de forma abierta con sus compañeros de la pertenencia a su comunidad, mientras que el resto prefiere ocultarla para evitar discriminaciones.
El estudio se ha realizado a lo largo de los últimos dos cursos académicos (2004/2005 y 2005/2006) y han participado 800 alumnos españoles, 407 gitanos y 393 no gitanos, procedentes de todas las comunidades autónomas y de 118 centros de educación secundaria públicos y concertados.