El Consejo de Europa comenzó ayer a preparar una convención europea de protección de la vida privada, movidos por la indignación que ha causado el trágico final de Diana de Gales, en el que se vieron implicados los paparazzi.

Este foro europeo de la democracia y los derechos humanos, preocupado por las constantes intromisiones en la vida privada, considera imprescindible desarrollar un instrumento jurídico más potente que la actual Convención europea de Derechos Humanos. El proyecto estaría más acorde con la complejidad del derecho a la propia imagen, la protección de la intimidad y, por otro lado, el derecho a la información y la libertad de expresión.

La adopción de la propuesta por parte los 40 países que forman el Consejo es libre e implica que las infracciones que se cometan en los estados que la suscriban puedan ser juzgadas el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.

Por otra parte, la Federación Internacional de Periodistas advirtió ayer contra la votación de leyes que limiten la libertad de prensa. En su opinión, si esas normativas se adoptan precipitadamente, podrían ser arbitrarias y poner límites inaceptables por el derecho a la información.