Cada vida perdida
es otra despedida mía.
Un clavo más desatornillado,
un obrero hermano más suicidado.
Tú has muerto en mi lugar
y yo por ti seguiré escribiendo
mientras desganado atornillo un clavo y otro clavo.
Cumple hoy sesenta y cinco nuestra querida república
y el país entero lo celebra.
Tú a tus veinticuatro en la foto gris sonríes.
Hay lluvia otoñal y viento
cuando tu padre de pelo cano
lleva la caja negra de tus cenizas
de vuelta al pueblo.