Sobrevivir…
al arrogante inseguro,
al vanidoso sin mérito,
al artista egocéntrico y banal,
al pagado de sí mismo,
al genio nunca suficientemente reconocido,
al que se cree en posesión de derechos por sus méritos,
al soberbio desdeñoso,
al pseudo-intelectual desalmado,
al amante tóxico,… despertando …
del amor romántico, la tristeza, la sujeción y el sometimiento,
de la indefensión aprendida,
de la flaqueza de ser impresionadas,
de la necesidad de ser importante por otros y para otros,
de la enajenación de la propia creatividad,
de la necesidad de protección,
de la alienación personal,… recuperando un proyecto propio de vida.