En la vida de mi madre,
en mi abuela bajo la sombra del abuelo,
los cacharros, la pila, el fogón.
En el dedo que señala el lugar al que debemos pertenecer:
fuera de la calle, de la escuela,
de la tertulia con café y copa,
bajo la capa rosa de la princesa con zapato de cristal.
Dentro de la faja,
dentro de la culpa ,
dentro del silencio,
limpiando mocos mientras ellos
ensucian el mundo con sus guerras
jugando a soldaditos
con corazón de plomo.