EL día del eclipse
volvió a mirar el sol
y comprobó su antigua mordedura.La libertad
como una antorcha hundida
en el mando a distancia
de los televisores.La igualdad,
fugas en blanco y negro
con un actor de abrigo sospechoso.Y la fraternidad...
Déjalo así, canción,
tampoco es necesario
que hagas el ridículo.Ya no estamos en julio.
Basta mirar el sol sin que nos ciegue
y descubrir el rayo que pueda convertirse en edificio
con la cristalería
de una rosa blindada en el hogar del viento.