Hasta la plaza
de los árboles secos
han bajado a sentarse las historias
que jamás se contaron.La maleta fantasma
perdida como un barco.Los pañuelos del tren
y el autobús que cruza
por medio de la orquesta del verano.La noche arrepentida
en los primeros pasos
y el reloj que no puede
romper el muro de las cuatro.Han venido a sentarse
para escuchar el miedo de los pájaros,
para ver la chaqueta
colgada en el armario
y los árboles secos
de los recién llegados, de los recién llegados.