El rayo surca, sangriento,
El lóbrego nubarrón
Echa el barco, ciento a ciento,
Los negros por el portón.El viento, fiero, quebraba
Los almácigos copudos;
Andaba la hilera, andaba,
De los esclavos desnudos.El temporal sacudía
Los barracones henchidos
Una madre con su cría
Pasaba, dando alaridos.Rojo, como en el desierto,
Salió el sol al horizonte
Y alumbró a un esclavo muerto,
Colgado a un seibo del monte.Un niño lo vio: tembló
De pasión por los que gimen
¡Y, al pie del muerto, juró
lavar con su vida el crimen!