Soy Europa.
Esa vieja ramera vendida a los mercados
que os discute la entrada a este burdel infecto
donde os trajo la guerra.
Soy el lodo
donde extendéis las mantas
y también soy el polvo y la lluvia y el frío
que hiela vuestros huesos.
Soy la valla
armada con cuchillas
que os rebanan de un tajo
la carne y la esperanza
y os roban el futuro en las fronteras.
Soy la ola
que engulle a vuestros hijos,
el mar donde se ahogan vuestros sueños
de cierta libertad y un poco de justicia.
Soy el hielo
de un frío parlamento que confisca,
democráticamente y sin enrojecer,
vuestros escasos bienes,
y sufraga con ellos el hambre que os devora.
Si aún queréis venir, que no se diga
que no os había avisado:
os estoy esperando
con las garras abiertas.