Un ser que aún no
acaba de ser,
no la remota rosa
angelical,
que los poetas cantaron.
No la maldita bruja que
los inquisidores quemaron.
No la temida y deseada
prostituta.
No la madre bendita.
No la marchita y burlada
solterona.
No la obligada a ser buena.
No la obligada a ser mala.
No la que vive
porque la dejan vivir.
No la que debe siempre
decir que sí.
Un ser que trata
de saber quién es
y que empieza a existir.