Música y derechos humanos
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Al compañero


Autor/a: Rafael Amor

Año: 1977

LP/CD:  Personajes

Web oficial: www.rafaelamor.com

Tipos de valores tratados: Reivindicaciones sociales, represión

Edad a quien va dirigida: A partir de los 12 años

Letra de la canción:

La doméstica tregua de todas las tardes,
cuando el mantel de casa era un planeta de hule,
con países de migas
y una mosca satélite merodeando el azúcar.
Con barcazas de pan que naufragaban siempre
y aquel, casi llegar al borde de la taza.
Con tu vieja o la mía tirándonos la bronca
por el pantalón roto o la lastimadura
y esa nuestra batalla que ellas no comprendían
ni comprendieron nunca.
Aquel mismo escenario, siempre diferente.
Ejércitos de árboles como gigantes ciegos,
nuestra calle, que a veces fue río, otras puente,
abismos, montañas que iban y venían.
Le pusimos al mundo nuestra geografía.
Verjas que eran barcos piratas y en el puente,
capitanes con ojos de mil mares y vientos,
y trabucos jazmines  disparaban aromas,
de  la proa cargada con azahares del cerco,
por aquellos marinos que fuimos, sin brújula ni puerto.
Así era nuestra lucha.
Y era tanta la magia de nuestra fantasía,
que la escoba dejaba su rincón de la hilacha,
la tremenda rutina  de pelusas y hollines,
para transformarse, suelta al viento las crines,
en aquellos centauros de inocencia y paja.
Así era nuestra lucha, poblada de lirismos,
donde nadie moría, donde no se perseguía jamás a los caídos,
donde llegábamos al último instante
para arrancarnos de las garras feroces del enemigo...
y éramos héroes, si, héroes,
de niños hay una forma tan azul de ver el heroísmo.
Héroes, que rendidos al caer la tarde,
cuando mandaban tregua nuestras madres
cambiábamos la gloria, por un tazón de leche.
Y hoy, este diario, me trae tu rostro subversivo,
este diario  que es un pájaro de humos y de muerte,
me trae tu rostro asesinado,
violeta de bronca, amarillo de injusticia y lo peor,
es que yo sé que a este diario solo le interesa la noticia.
Esta vez no se pudo compañero,
no pude llegar al último instante para decirte:
- ¡Si te asomas alma ten cuidado, que están los perros del amo vigilando, vigilando,
que están los perros del amo, olfateando, olfateando,
donde encuentran un sueño, lo matan como a un pájaro!
Hoy no tenemos ni barcos ni caballos alados,
y quizá tampoco madera para héroes,
pero somos los hombres,
pero somos la historia que avanza paso a paso.
Hoy somos dos marinos con brújula y con puerto,
aunque digan que has muerto.