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Educar en y para los Derechos Humanos
Seminario de Educación para la Paz. Los Libros de la Catarata / Amnistía Internacional (p. 89)
 Aprender a comprender al otro: dinámica de la cultura Nacirema
OBJETIVO:
Aprender la importancia y dificultades del "descentramiento", de la mirada distanciada, superadora de prejuicios, en especial cuando nos las habemos con otras culturas y pueblos. Se trata, en suma, de aprender a mirarnos como nos miran las otros ...un primer paso para mirar a los/as otros/as como si se tratara de nosotros, aprender e interiorizar que en tanto que seres humanos somos iguales y por ello, en tanto que personas pertenecientes a pueblos y culturas, diferentes.

DESARROLLO:
Lectura del texto etnográfico de J. Wilmer (Cartland, New York University), escrito a mediados de los años ochenta, tras su descubrimiento de una cultura de la que hasta entonces Occidente no tenía conocimiento y pasar con los y las naciremos/as un par de meses.
Tras la lectura, contestar (primero individualmente y luego contrastado en pequeño grupo) las dos preguntas que siguen:
A. Intenta señalar la zona geográfica del planeta donde, en tu opinión, se ubica la cultura nacirema (Sáhara, Oriente Próximo, Sudeste Asiático, América Latina ....).
B. Razona la respuesta.

MATERIAL:
Texto adjunto, "La cultura Nacirema".

EVALUACIÓN:
Tras la puesta en común y el comentario de las respuestas de cada grupo (de ser necesario, se insinúa que lean "nacirema" empezando por el final de la palabra), se reflexiona sobre la mirada "etnográfica" y el impacto cultural y choque de valores civilizatorios que suele implicar el contacto con pautas de vida (cultural y material) muy diferentes a las nuestras. Opcionalmente, puede trabajarse el texto Los Papalagi (Ed. Integral, Barcelona).
 

 Material
Texto: "La cultura Nacirema" (Traducción de Rafael Grasa, En pie de paz, n° 6)

La cultura se caracteriza por poseer una economía de mercado altamente evolucionada que se ha desarrollado en un rico entorno natural. Si bien una buena parte del tiempo de los "naciremos" se dedica a actividades económicas, una gran parte de los frutos de tales trabajos y una considerable parte del día se destina a una actividad ritual. El centro de esa actividad es el cuerpo humano, cuya apariencia y salud resultan ser una preocupación crucial de las creencias de las gentes del tal cultura. Aunque la preocupación corporal no es, naturalmente, algo insólito, sus aspectos ceremoniales y las ideas relacionadas con ella la convierten en algo único.
La creencia fundamental, subyacente a la totalidad del sistema, parece ser que el cuerpo humano es repugnante y que su tendencia natural sería la de la debilidad y la enfermedad. Aprisionado por ese cuerpo, la única esperanza del ser humano es evitar la aparición de las mencionadas características mediante poderosas influencias rituales y ceremoniales. Cada vivienda cuenta con una o varias salas/santuarios dedicadas a ese propósito. Los individuos más poderosos de la sociedad gozan de varios altares en los recintos dedicados a la función de santuario.
Aunque cada familia dispone de al menos uno de tales santuarios, los rituales asociados con el lugar no constituyen ceremonias familiares; son, por el contrario, secretos, individuales y privados. Por lo general, los ritos sólo se discuten con los niños y niñas y sólo durante el período en que se inician a esos misterios. Pese a todo, pude establecer suficiente comunicación con los nativos como para poder inspeccionar tales santuarios y para que me describieran los rituales en cuestión.
El elemento fundamental del santuario es una caja o arcón adosada a la pared; en ella se guardan diversas pociones mágicas y hechizos sin los cuales los nativos serían incapaces de vivir. Tales preparados son suministrados por una variedad de especialistas prácticos. De entre ellos, los más poderosos son los hombres-medicina; su ayuda debe ser recompensada con importantes ofrendas. Sin embargo, los hombres-medicina no proporcionan directamente las pociones curativas a sus clientes, sino que deciden qué ingredientes deben contener y los escriben en un lenguaje antiguo y secreto. Tal lenguaje y los correspondientes escritos sólo pueden ser descifrados por los hombres-medicina y por sus herboristas; estos últimos son los encargados, tras la entrega de otro importante regalo, de proporcionar el hechizo preciso.
Tras haberlo utilizado, el hechizo no se tira, sino que se guarda en la caja de los hechizos situada en el santuario familiar. Habida cuenta de que los materiales mágicos en cuestión son específicos para ciertas enfermedades y puesto que las enfermedades reales o imaginarias de los "naciremos" son numerosas, la caja de los hechizos acostumbra a estar repleta hasta rebosar.
Los paquetes mágicos son tan abundantes que los "naciremas" suelen olvidar cuales eran sus usos y finalidades y temen usarlos nuevamente. Puesto que los nativos fueron muy imprecisos en este punto, lo único que podemos suponer es que el hecho de guardar todos los productos mágicos antiguos está relacionado con la creencia de que su presencia en la caja de los hechizos, protegerá de algún modo al adorador.
Debajo de la caja de los hechizos se encuentra una pequeña jofaina. Cada día, todos y cada uno de los miembros de la familia entran sucesivamente y de modo individual al santuario, inclinan su cabeza ante la caja de hechizos, mezclan diferentes tipos de aguas sagradas en la jofaina, y proceden a una breve limpieza ritual. Las aguas sagradas provienen del Templo del Agua de la comunidad, en el que los sacerdotes de la cultura "nacirema" realizan complejas ceremonias encaminadas a purificar ritualmente el líquido en cuestión.