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Guía de educación en derechos humanos / Inicio.

Propuestas monográficas sobre temas diversos
Palabras, elogios y descalificaciones


Descripción
Propuesta de reflexión sobre la propia objetividad: hasta que punto las opiniones que nos formamos varían según nos guste o desagrade de forma subjetiva lo que vemos, sin criterios racionales.

Área
Lengua, ética, tutoría.

Edad
ESO y Bachillerato  (a partir de 12 años)

Duración
60 minutos.

Derecho relacionado
Libertad de expresión:
Artículos 18 y 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Artículo 13 de la Convención sobre los Derechos del Niño.
>> documentos de las Naciones Unidas en formato HTML y PDF.

Objetivos
La importancia de la empatía.
Cuestionar la propia objetividad; plantear que las opiniones que nos formamos o emitimos varían según nos guste o desagrade lo que vemos.
Reconocer el deterioro de la autoestima y de la convivencia que producen los insultos, las descalificaciones y las infravaloraciones.

Preparación por parte del profesorado
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Material o soporte
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Metodología

1- Primera parte. ¿Características, cualidades o defectos?

Reflexionar sobre el hecho que las opiniones que nos formamos o emitimos varían según nos guste o no lo que vemos. Y se refleja en las palabras que utilizamos. Por ejemplo, se puede decir de la misma persona que "mantiene las distancias" o bien que es "independiente"; que es "agresiva" o bien "firme"; que es "sumisa" o bien que está "dispuesta a cooperar".

a) Hacer que los alumnos enumeren, de la manera más positiva posible, cinco cualidades que realmente admiren en sí mismos. Darles a continuación una perspectiva negativa, o pedir que las busquen ellos mismos, de manera que las mismas características, en lugar de halagadoras se vuelvan hirientes.

b) Invertir luego los términos, enumerando primero unas características negativas de las que los alumnos no estén muy orgullosos y utilizar luego términos equivalentes que hagan que la lista resulte menos ofensiva.

c) Hacer que los alumnos piensen en otras contraposiciones de este tipo.

Otra versión de esta actividad es pedir a los alumnos que enumeren adjetivos con los que generalmente se describe a las muchachas o a los muchachos. Seguidamente los calificativos se atribuyen al otro género (por ejemplo, ser "enérgico" o "tener objetivos claros" se consideran cualidades en un muchacho, pero se considerarán "brusquedad" o "ambición" en una muchacha).

2- Segunda parte. Las palabras hirientes, los insultos

En el artículo 13 de la Convención sobre los Derechos del Niño se reconoce el derecho del niño a la libertad de expresión, pero se restringe específicamente cuando atenta contra "los derechos o la reputación de los demás". ¿Qué límites deben imponerse a lo que podemos decir acerca de nuestros pensamientos y creencias? ¿Podemos decir siempre lo que queramos?

Se aconseja que el profesor proceda con tacto al plantear la actividad siguiente.

Pedir a los participantes que escriban en una hoja comentarios hirientes que hayan oído en la escuela.

En la pizarra, o en algunas hojas grandes de papel colgadas de la pared formando una tira horizontal, poner en un extremo  "broma/juego" y en el otro "muy hiriente/degradante".

Explicar que, imaginando una gradación  entre los dos extremos, vayan poniendo cada expresión de las escritas previamente en el lugar que en su opinión le corresponda en la escala (como alternativa, se pueden recoger los papeles para que los lea el profesor, de manera que se mantenga el anonimato, tras lo cual los alumnos los sitúan en la escala).

A continuación se pide que, en silencio, se reflexione sobre lo que hay en la pared. Normalmente, las mismas palabras aparecerán varias veces y casi siempre se clasificarán en categorías distintas.

Comentar a continuación la experiencia: pedir a los alumnos que clasifiquen las palabras por categorías (por ejemplo, aspecto, aptitudes, origen étnico, sexualidad).
--¿Hay palabras sólo para las chicas? ¿Sólo para los chicos?
--¿Qué conclusiones pueden extraerse de las palabras ofensivas de estas categorías?
--¿Por qué hay personas que han encontrado una palabra muy hiriente y otras opinaban
que era graciosa?

Dividir la clase en pequeños grupos y entregar a cada grupo una o varias de las palabras o expresiones que se han considerado más ofensivas. Pedir a alguien de cada grupo que lea la primera palabra o expresión.

El grupo debe aceptar que se trata de un comentario hiriente y comentar:
1) si debe permitirse a la gente decir cosas así.
2) qué hacer si eso sucede.
Repetirlo con cada palabra o expresión.

Por último, comentar con el conjunto de la clase los derechos y obligaciones que implican el uso del lenguaje, sus limitaciones cuando es potencialmente ofensivo:
--¿Están obligados los profesores a impedir los insultos agresivos en la escuela?
--¿Están obligados los alumnos a no usarlos en privado? En caso afirmativo, ¿por qué?
--¿Qué podemos hacer en nuestra comunidad para poner fin a los insultos?
--¿Por qué es importante?

Evaluación
Comprobar si la actividad ha alterado, y en que sentido, la idea previa que se tenía sobre el uso de determinadas palabras.
Plantearse el distinto sentimiento que se puede tener según uno sea o se considere víctima o emisor de la agresión verbal.

Continuidad o relación con otras actividades
Sobre la libertad de expresión en general: Censura y libertad de expresión (apartado de humor gráfico y derechos humanos, distintas propuestas).

Elaboración del material
ABC: la enseñanza de los derechos humanos; actividades prácticas para escuelas primarias y secundarias. Naciones Unidas, Alto Comisionado por los DDHH, 2004.
Adaptación del Grup d'Educació de Amnistia Internacional Catalunya.