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Historia de la infancia

La autoridad absoluta del adulto


La autoridad absoluta del "pater familias", dueño y señor de los hijos y las mujeres (incluso de sus vidas), no se discute en la antigüedad, y en las respectivas legislaciones se contempla este poder. Por ejemplo, el padre romano:
"...poseía sobre sus hijos el derecho de vida y de muerte, y con más razón la facultad de imponer los castigos corporales; podía modificar a voluntad su condición personal; dar esposa al hijo, ceder en matrimonio a la nieta; pronunciar el divorcio de sus hijos, de un sexo u otro, hacerles pasar a otra familia por adopción; podía, en fin, venderlos."
H.S. Maine. El derecho antiguo. 1893 (citado por J.A. Marina en "La lucha por la dignidad")
A pesar de haberse ido suavizando lentamente a lo largo de los siglos, con o sin  reconocimiento explícito legal esta autoridad del adulto sobre los menores ha sido una constante en todas las culturas y la causa de que las agresiones contra los menores  habitualmente quedaran impunes o, sencillamente, no tuvieran ninguna connotación delictiva.

La mayoría de los temas que hemos apuntado (abusos sexuales, mutilaciones, infanticidios...) se perpetuaban durante siglos precisamente a causa de esta falta de derechos y de dignidad del menor, considerado sólo como un objeto, una propiedad. Una propiedad valorada exclusivamente en función del rendimiento que se le podía sacar (trabajo forzado, abuso sexual...) o en función del valor que se le asignaba como la persona adulta en la que terminaría convirtiéndose.

Los abusos amparados en la autoridad absoluta del adulto, a pesar de las disposiciones legales existentes, sigue siendo un problema actual, especialmente en aquellas culturas o enclaves socialmente degradados.

Información relacionada:
Menores maltratados. Luis Rojas Marcos
La patria potestas. Joan Miquel


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