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La clave del voluntariado está en no ser el protagonista
Toda la vida. Marta Marí, estudiante de Medicina, explica cómo la clave del voluntariado está en no ser el protagonista. Luis Benvenuty. La Vanguardia (Vivir BCN), 3-8-2013


La barcelonesa de veinte años Marta Marí está en estos momentos en Lilongüe, en la capital de un pequeño país africano llamado Malaui, en una expedición solidaria también compuesta por otras siete personas, echando una mano para que un gran hospital no se vaya a pique, pintando las paredes y dando un respiro a las enfermeras de allá.

A principios de julio, a pocos días de arrancar esta aventura de siete semanas, esta estudiante de Medicina del barrio de Sant Gervasi explicaba que el secreto está en no pensar mucho en uno mismo, en no esperar grandes gratificaciones personales, en no confiar en cambiar el mundo con las propias manos. Hace un par de veranos ya estuvo en Perú, montando un par de orfanatos.

"Si viajas pensando en que lo que vas a hacer marcará un antes y un después –contó Marta poco antes de partir–, que la gente se despedirá de ti dándote un millón de gracias en el aeropuerto, que cambiarás el mundo… pues todo saldrá mal. La realidad es muy dura. En estas empresas tú eres lo menos importante. Lo importante es ayudar".

Y todo lo demás, puntualiza, es hacer turismo social. "Lo importante no es como te vas a sentir tú, es como se van a sentir los demás".Y para poder relegarse a uno mismo a un segundo plano, para de verdad dejar de ser el protagonista de la propia película vital, hay que aprender lo que de veras es el altruismo y la solidaridad, lo que en realidad es el compromiso, el compromiso con los demás.

Marta cuenta que es voluntaria desde que tenía ocho años, voluntaria de Ais, "Ayuda a la infancia sin recursos", una entidad sin ánimo de lucro dedicada a personas que padecen discapacidades mentales severas y sus familias. Hablamos de personas que requieren de atención y cuidados durante las veinticuatro horas del días, y de las personas que se los prestan un día tras otro.

Los fines de semana Ais monta excursiones de carácter lúdico. Dan paseos, hacen coreografías, se lo pasan de maravilla en una discoteca. Una multitud de monitores y voluntarios logran que lo que podría convertirse en una triste procesión de sillas de ruedas tenga un carácter integrador, que propicien la mezcla y sus beneficiarios puedan de verdad relacionarse con otras personas.

Lourdes Arqués, la fundadora de la entidad, cuenta que hasta los niños encuentran su papel, involucrándose, buscando los cartones de los rollos de papel higiénico para confeccionar calendarios de adviento, aprendiendo que uno no es siempre lo más importante.

Y de esta manera, concluye la fundadora de Ais, uno se va preparando poco a poco para otras empresas. Para pasarse todo un verano en lugares donde impera la necesidad. Este viaje a Malaui es otra de las vertientes de Ais. "Para ser voluntario y viajar al tercer mundo son necesarios conocimientos técnicos, como saber hacer los primeros auxilios. Pero primero hay que forjar un carácter".

A Marta no le quedó en julio ninguna asignatura pendiente. Regresará a Barcelona cuando apenas falten tres o cuatro días para que comience el nuevo curso. Aun así, asegura que no siente que esté sacrificando nada, que no siente que se esté perdiendo nada. "Aveces me preguntan cómo puedo encontrar tiempo para todo. Pero es que yo en ningún momento siento que esté sacrificándome, sacrificando una cosa por otra".
 


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