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"Muchos españoles salvaron vidas de judíos"
Diego Carcedo
. Entrevista de Luis Algorri. 20 Minutos, 21/10/2022
Nadie sabe tanto como usted sobre los “Schindler españoles”, que son unos cuantos. Lleva cinco libros sobre eso. ¿Cómo le dio por ahí?

Pues no lo sé. Simplemente, me interesaba el asunto y empecé a investigar. O me lo propusieron… El primero salió hace más de veinte años; hablaba de un diplomático español en Hungría, Ángel Sanz Briz, que se jugó la vida para salvar a varios miles de judíos: un valiente y un héroe, como reconoció Israel. Pero esto es como las cerezas de un cesto: tiras de una y de esa cuelgan dos, y de esas dos más… Hubo muchos españoles que salvaron vidas. Unos me llevaron a otros y por eso llevo ya cinco libros.

Sus protagonistas son dos cónsules, uno español y otro portugués, en el Burdeos de los primeros años 40. ¿Qué hicieron?

Pues desobedecer a sus gobiernos, así de claro… En España, Franco acababa de ganar la guerra civil. En Portugal mandaba otro dictador, Oliveira Salazar. Ambos apoyaban a Hitler. En aquellos días había cientos de miles de personas, muchos de ellos judíos, que trataban de huir de los nazis corriendo hacia el sur, hacia los Pirineos. Franco y Salazar ordenaron a sus diplomáticos que en ningún caso concediesen visados a los judíos, para complacer a los nazis. Pero aquellos dos cónsules de Burdeos desobedecieron…

¿Quiénes eran?

El español se llamaba Eduardo Propper de Callejón. Un hombre distinguido, de familia de banqueros judíos, monárquico de una pieza, que dejó la carrera diplomática en 1931, cuando llegó la república, como protesta. Pero cuando Franco ganó la guerra se reincorporó, primero en París y luego en Burdeos. Entonces se multiplicó la persecución a los judíos en toda Europa y Eduardo Propper decidió que no iba a obedecer las órdenes de Serrano Súñer, el cuñado de Franco, fervoroso partidario de los nazis, y que iba a salvar todas las vidas que pudiera. Serrano Súñer lo fulminó e hizo que lo enviaran a Marruecos. Pero quien cayó fue Serrano y Propper acabó, con los años, rehabilitado y condecorado.

El cónsul portugués no tuvo tanta suerte…

No, no la tuvo. Se llamaba Aristides de Sousa Mendes, también aristócrata, también monárquico y conservador, como Eduardo Propper. En contra de las órdenes de Salazar (la famosa 'circular 14'), dio visados a todo el que se los pidió. Miles. Salvó, entre muchos más, a Otto de Habsburgo, a Gala (la mujer de Dalí) y a varios miembros de la familia Rothschild. Salazar trató de capturarlo, pero Sousa era escurridizo. Murió olvidado, en la miseria, en un asilo de franciscanos.

¿Estaban los dos de acuerdo?

Naturalmente que estaban de acuerdo, cómo no lo iban a estar. Entre Eduardo Propper y Aristides de Sousa firmaron y sellaron 37.000 visados de diversos tipos en ocho días. Sí, no me mire así, en solo ocho días. Seguramente no tuvieron tiempo ni de dormir. Les ayudó la familia, los empleados del consulado… Eduardo Propper acabó con la mano magullada, inutilizada, de tanto firmar. Muchos eran visados 'en tránsito' para que los judíos pasasen a Portugal. Pero se quedaban en España, claro está.

¿Cómo acabó la aventura?

Ambos fueron reconocidos por el Estado de Israel como "Justos entre las naciones". Eduardo Propper murió en Londres un poco antes que Franco y resulta que es el abuelo de la actriz Helena Bonham Carter. Aristides de Sousa, que murió en los años 50 del siglo pasado, fue rehabilitado por el presidente socialista Mario Soares y hoy está en el Panteón Nacional, en Lisboa. Así que la aventura acabó bien. Aunque fuese post mortem.

Su novela incluye a un tercer protagonista: un periodista que se va a Burdeos y conoce a los cónsules…

Bueno, eso es un recurso literario. Es un personaje de ficción. Pero ese muchacho me sirvió para contar cómo era la sociedad de entonces, tanto la francesa como la española, y cómo funcionaba el periodismo al servicio de la dictadura: muchos directores eran más franquistas que los propios policías.

¿Había entre los españoles tanto antisemitismo como en el gobierno de Franco?

Pues mire usted: sí lo había. Quien diga que no, o se equivoca o falsea la historia. Los judíos, para la gente corriente, eran malos, eran sospechosos. España, con Franco (y después, y también antes) tuvo siempre mucha más proximidad a los árabes que a los israelíes. Aquella frase tan repetida de las "tradicionales relaciones de amistad con los pueblos árabes", ¿lo recuerda? También es verdad que el antisemitismo, en España, venía de siglos… La expulsión de los judíos es de 1492. Sí, ya sé que también hubo expulsiones de moriscos, y más de una. Pero el recelo contra los judíos ha durado casi hasta ayer.

¿Seguirá escribiendo sobre los "Schindler españoles"?

Pues no lo sé. Sí me gustaría. Pero lo que ahora querría hacer es algo sobre Franco y Oliveira Salazar. Mucha gente sigue pensando que Franco era más duro que el dictador portugués. Salazar era más educado, eso sí, porque era universitario, mientras que Franco apenas leía, pero eso de que el gallego fuese más duro que el otro… Es una relación sobre la que se ha hablado poco.