La Declaración Universal y la poesía
Índice de poesías.
Oda al Haloperidol
Anónimo. Citado en 'La malaltia de les emocions', de E. Vieta, F. Colom i A. Martínez-Arán. Columna, 1999 (p. 108)
Aplastado, anonadado,
torpe, mineralizado,
cumpungido, sometido,
cada vez más deprimido,
lento como un caracol,
tomando haloperidol

Dicen que soy Bipolar
y lo tengo que tomar
para bajar esa euforia
que me lleva hasta la Gloria

Sin embargo me fastidia
que me venga la desidia
cuando cede la Manía
y regreso al día a día
Por eso me cuesta tanto
tomarlo como adelanto
aunque me diga el doctor
que, si no, sera peor
Pero hay que reconocer
que aunque no lo puedo ver
me ha salvado de ingresar
en el Hospital del Mar

Me cae mejor el litio,
que me coloca en mi sitio,
pero a veces no me basta
y me pongo a gastar pasta,
y a pensar que soy genial,
con lo cual, tengo al final,
que tomarme, al alimón
"eso" con Akinetón.

Gracias a las treinta gotas
que te dan cuando te alborotas
te evitas muchos problemas,
ni deliras, ni blasfemas,
ni alucinas cosas raras,
ni te compras cosas caras,
ni acabas siendo ingresado,
por estar tan exaltado.
Esta sustancia infamante,
indestructible, indignante,
me deja como un pollito,
con cara de huevo frito,
el cerebro congelado
y el corazón apagado
pero al final, es verdad,
que me da la libertad.
En fin Haloperidol,
te odio, (pero eres un sol)

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