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 Los derechos humanos. Teorías y definiciones
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Todos los seres humanos nacen iguales en dignidad y derechos
José Antonio Estévez.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos. Asociación para las Naciones Unidas en España Icaria, Barcelona, 1998 (p. 104)
Cuando se habla de la dignidad que debe ser reconocida al ser humano, se está haciendo referencia al valor que se asigna a las personas por el hecho de serlo y, por tanto, al respeto que merecen. Considerar la dignidad como un atributo intrínseco y específico del ser humano es una forma laica de expresar la idea del carácter sagrado de la vida humana.

Todos los seres humanos tienen igual grado de dignidad. No existen diferencias ontológicas entre ellos que permitan considerar a unos superiores a los otros al modo como las personas son consideradas superiores a los ratones de laboratorio. Kant señaló que los seres humanos no deben ser tratados nunca como medios, sino como fines en sí mismos. Eso quiere decir que un ser humano no puede nunca convertir a otro en un mero instrumento al servicio de sus particulares objetivos. Si lo hiciera, estaría mermando su dignidad.

La dignidad es la cualidad que hace a un ser merecedor de tener derechos. Los seres humanos pueden ser titulares de derechos porque tienen dignidad. En ese sentido, la dignidad podría ser considerada como el «derecho a tener derechos» que todo ser humano posee.

Sin embargo, Hannah Arendt acuñó esa expresión para caracterizar no la dignidad, sino la ciudadanía. Y la situación que vivimos en la actualidad parece seguirle dando a ella la razón: a los seres humanos se les reconoce el derecho a tener derechos en la medida en que son ciudadanos de ciertos Estados. Sigue habiendo sólo una minoría privilegiada que tiene derecho a tener derechos y ese derecho le sigue siendo negado a la mayoría de la humanidad.