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1983-2013: balance de los 30 años del Grup d'educació
La cultura de los derechos humanos se adquiere, no forma parte de la herencia genética de las personas. Se aprende, del mismo modo que desgraciadamente también se puede aprender la cultura contraria: aquella que alimenta o justifica la misoginia, el racismo, la xenofobia, la intolerancia religiosa, la homofobia, etc.

La educación no es nunca neutral. Por esto es del todo imprescindible la educación en derechos humanos.

Hace treinta años, en 1983, empezaron las actividades del Grup d'educació. El objetivo era aportar un grano de arena más al proyecto de educación en derechos humanos que promovía Amnistía Internacional. Desde entonces, la actividad ha sido ininterrumpida, gracias a la gente que ha ido formando parte del Grupo y al tiempo que, de manera desinteresada, le ha ido dedicando.

Cuando hace treinta años el Grupo inició sus actividades, era inimaginable que su vida llegaría a ser tan larga y que lograría el protagonismo actual. Un protagonismo que hoy está vinculado a la presencia del Grupo en internet, algo que era del todo impensable hace treinta años, puesto que entonces internet ni existía (internet no fue de uso público hasta diez años más tarde, en 1993; tres años después, en 1996, el Grupo ya colgó su primera página).

Del mismo modo que hace treinta años era inimaginable la evolución que ha hecho el Grupo hasta ahora, también hoy es inimaginable el futuro. Tanto puede ocurrir que la gente que forma el grupo se vaya renovando y el Grupo se vaya adaptando a los retos y los cambios de contexto que se vayan presentando, como que un día el grupo acabe desapareciendo. Pero incluso si pasara esto último el esfuerzo habría valido la pena. Tanto por el trabajo hecho hasta ahora como por la utilidad que creemos que podrá seguir teniendo todo este trabajo, puesto que las características de internet facilitan que los contenidos relevantes puedan sobrevivir incluso en el supuesto de que las páginas originales hayan dejado de existir.

Siempre hemos querido ser útiles, facilitar el trabajo de educación en derechos humanos de cualquier persona o colectivo. Tanto mediante la utilización directa de los recursos que elaboramos y ofrecemos como de su eventual adaptación (siempre nos ha alegrado, cuando hemos visto materiales nuestras reproducidos en otras webs, a veces incluso mejorados). Por otro lado, con relación a la durabilidad y adaptabilidad de los materiales generados, el hecho de que la mayoría de nuestros recursos y propuestas sean atemporales creemos que es una ventaja importante (son mínimos los apartados de la web que requieren una actualización obligatoria para poder ser operativos).

Otro rasgo característico del Grup d'educació seguramente ha sido la forma de trabajar. Desde hace muchos años, cuando llega una persona nueva al Grupo se la pone al corriente del contexto en que se desarrolla la actividad del Grupo, es decir, el funcionamiento general de Amnistía Internacional y los correspondientes objetivos, prioridades y particularidades. También se le explican los proyectos concretos que se están desarrollando en el Grupo. Y los que sería deseable poder llevar a cabo pero que, por falta de recursos humanos, de momento no se pueden gestionar. Pero a la vez que se le explica todo esto, también se le expone la posibilidad de que, si se le ocurre alguna idea diferente, siempre se puede estudiar la viabilidad de desarrollarla.

Este ofrecimiento se hace por diferentes motivos. Por un lado, porque pensamos que preferimos una persona voluntaria que se vincule con un proyecto (aunque éste no sea una prioridad de Amnistía Internacional en aquel momento), que no, si es el caso, acabe dejando el grupo porque ninguno de los trabajos en curso le atraen. Por otro lado, porque la rentabilidad de una persona que trabaja en un ámbito y un proyecto que la seduce y domina es mucho más elevada que la de quien se esfuerza en un proyecto que no le acaba de convencer. Y finalmente, porque a veces las ideas de gente nueva pueden favorecer las posibilidades de abordar proyectos nuevos e interesantes que de otro modo difícilmente se habrían planteado.

Cuando formulamos esta alternativa, los requisitos son muy claros: que la nueva propuesta encaje dentro del abanico de posibilidades que ofrece Amnistía Internacional con respecto a la educación en derechos humanos (un abanico que es bastante amplio), que la propuesta realmente tenga un interés, y que sea viable, lo cual quiere decir, sobre todo, que la persona que la promueve sea capaz de sacarla adelante (sola o buscando las complicidades necesarias).

Este planteamiento a veces ha dado unos resultados extraordinarios. Voluntarios que quizás habrían durado poco, o que se habrían implicado poco en las tareas ya en marcha, cuando han tenido la posibilidad de trabajar en aquello que les apasionaba y que conocían bien, se han implicado a fondo. De hecho, algunos de los apartados más relevantes de la web (tanto por la calidad de los contenidos como por la utilización que se hace de ellos), han tenido este origen. Por ejemplo, el apartado sobre el cine (en constante crecimiento) o el dedicado al humor gráfico.

Esto no quiere decir que nos olvidamos de las prioridades de Amnistía Internacional, en absoluto. Por ejemplo, la reivindicación de la necesidad de que la enseñanza en derechos humanos esté presente en todos los niveles educativos es una preocupación permanente. Pero intentamos encontrar un equilibrio entre las prioridades de la Organización y las preferencias personales. Por cierto, con resultados bastante positivos, y en ocasiones con algunas agradables sorpresas, como por ejemplo cuando decidimos apostar por la presencia en internet. En aquel momento esta opción no era una prioridad, pero gracias a aquella decisión inicial, cuando más adelante empezó a ser evidente que tener una presencia relevante y de calidad en internet era importante, ya teníamos un buen tramo de camino recorrido y nos fue fácil seguir moviendonos cómodamente dentro del mundo virtual.

Esta forma de trabajar ha ido acompañada de otro aspecto quizá todavía más importante: la voluntad de cultivar siempre un ambiente de camaradería que hiciera agradable las relaciones y las reuniones. Es indudable que este factor ha incidido directamente y muy positivamente sobre todos los retos que como grupo nos hemos ido planteando.

Hace diez años celebramos el 20 aniversario e hicimos un balance de las actividades llevadas a cabo hasta entonces. La mayoría de las cosas que decíamos entonces continúan siendo vigentes. Seguramente, lo que ha cambiado más son algunos datos. Por ejemplo, si entonces hablábamos de una web de 500 páginas (contando todas las diferentes propuestas, recursos e informaciones recopiladas), hoy las páginas ya son casi 4.000.

Hace dos años, con motivo del 50 aniversario de Amnistía Internacional, aprovechamos la ocasión para contextualizar las actividades del Grupo dentro de la actividad general de la Organización, y para poner de relieve alguna de las nuevas orientaciones del Grupo. Explicábamos, por ejemplo, que ya nos habíamos incorporado al mundo de las redes sociales, en concreto a Facebook (hoy también estamos presentes en Twitter).

¿Hacia dónde evolucionaremos a partir de ahora y cómo? El futuro es un misterio, que tendremos que ir construyendo y descubriendo día a día, lo que nos gustaría poder hacer con la complicidad de la gente que nos quiera acompañar. Mientras tengamos ilusión, nosotros nos seguiremos dedicando a la educación en derechos humanos, y no sólo porque consideramos que es una obligación ética, sino también porque pensamos que podernos dedicar a ella es un privilegio que a nosotros nos aporta grandes satisfacciones y alegrías.

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